En plena Barcelona del S.XXI, convertimos el restaurante Ornina, en un desfile flecos, boas, plumas, puros, sombreros, brillos y lentejuelas, hasta bailarinas de Charlestón, ni el mismísimo Corleone imaginó un antro clandestino con tanto gusto y sexappeal. Nuestras caracterizaciones, make up estilo cine antiguo en los rostros de los actores y la animación, dio un aspecto