Los años 20 Casino Clandestino Mobitea

En plena Barcelona del S.XXI, convertimos el restaurante Ornina, en un desfile flecos, boas, plumas, puros, sombreros, brillos y lentejuelas, hasta bailarinas de Charlestón, ni el mismísimo Corleone imaginó un antro clandestino con tanto gusto y sexappeal.

Nuestras caracterizaciones, make up estilo cine antiguo en los rostros de los actores y la animación, dio un aspecto muy  fidedigno a una velada, muy bien acompaña por nuestra parte, los artistas y la decoración fueron muy bien recibidas en este evento diseñado en la sede Marca Condal para Mobitea.

En la entrada solo pasan los que no desaparecen a manos del “Portero Mago” después de ser revisados y cacheados con sus “buenos modales”…  Pudieron acceder los que definitivamente tenían la buena suerte de haber sido oficialmente invitados y una vez dentro los chicos y las chicas aceptados por “el Portero Mago”, pasaban a ser “bendecidos” por el licor del lugar y el director del Casino que los estaba recibiendo dentro del Antro (pero él, nunca va solo, siempre al abrigo de su amante). -A los hombres les  saludaba con abrazo sutil, con cierto aire de salvar y perdonarles la vida al mismo tiempo, como bien aprendió de su primo el padrino; y a las damas, las saludaba, como damas, posibles diosas de su descendencia…

La primera sorpresa la brindo: Que lejos de liarse a golpes, directamente se liaron a tiros, pero, un momento, tengamos la fiesta en paz, que no solo de peleas vive el hombre, y después de dar la nota, en una escena de celos entre la Mafia asistente y el dueño del Casino, la dama en cuestión dio por zanjado el duelo cuando comenzó a cantar como los ángeles… y entonces todos vimos el cielo. Música Jazz, música swing, algunos bailes y el juego rodando en las mesas de apuestas. La casa gana señores, la noche está echada, manos de cartas y manos quietas, escotes de corte cuadrado y corbatas bien apretadas que se iban aflojando conforme la noche avanzaba….

La cabaretera, repartiendo puros y cigarrillos, para los jugadores, regalaba algún beso cuando el Croupier gritaba Black jack -¡Hagan juego, señores! Y los señores y las señoras hacían juego y ganaban sorpresas al final de la noche, maletines de Casino, con el recuerdo de un viaje en el tiempo al pasado dorado y divertido de un mafioso, que hacía magia, una Dama que resultó cantante de jazz, un cigarrera, que también repartía billetes de la Marca Mobitea para apostar por la mejor noche de sus vidas. Y además un retrato genuino, gracias al photocall de Marca Condal que puso un croma años 20, y nadie se resistió a llevarse su retrato a enmarcar.

Una noche más, pero no una noche cualquiera, el casino Mobitel, cerraba sus puertas, nadie recuerda a qué hora, ni con quién volvió a casa, pero el juego terminó, hasta la próxima noche clandestina. 

Crearte Events, os esperamos, … -¡Abran juego Sres/as.!

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